Al iniciar este nuevo proyecto mis reflexiones y análisis, así como cuestionamientos invadieron mi mente por vez primera en el pequeño conversatorio con mis estudiantes considerando el tema del aburrimiento en mi asignatura, en mi defensa mencionaré muy honestamente que pocas ocasiones he reflexionado sobre mi práctica docente con mis estudiantes pues consideraba y considero que doy lo mejor de mi para ellos, el encontrarme con varias respuestas que no me las esperaba me sorprendí y me llené de curiosidad, me llevó a cuestionarme sobre mi labor día a día con mis niños, además de considerar que es imprescindible no acostumbrarse a ninguna práctica, estrategia o método que parezca genial y que aunque logre hacerlo bien se vuelve repetitivo en mis estudiantes, pero sobre todo me han llevado a realizarme una nueva autoevaluación como docente, pues me gusta mi asignatura pero sobre todo el tiempo de calidad que considero comparto con los niños día a día en las aulas de clase.
Daniela, al inicio del año siempre cuestiono a mis estudiantes sobre cómo quisieran aprender, qué desean aprender, qué les llama la atención y trato de considerar todas sus respuestas. Sin embargo, encuentro muy complejo cumplir sus expectativas tomando en cuenta la falta de recursos que tiene la institución educativa en la que trabajo y a eso se suma la poca colaboración por parte de los mismos estudiantes.
En todo caso, intentamos aprender con lo que logramos conseguir y digo intentamos porque en la búsqueda de distintas formas de enseñar, aprendo también y es que estamos innovando, estamos ideando, descubriendo.
Alguna vez conversaba con una persona que observaba las clases de mis colegas y decía “yo no sé quién les dijo que la educación popular es un sin número de juegos, tiene un derroche de “activitis” insalubre para el pensamiento” y me quedé reflexionando muchísimo en eso.
Los temas que yo imparto son pesados, porque tienen muchas veces que ver con derechos, historia, filosofía, y además conllevan textos complejos y reflexiones complejas… al principio de mi práctica recuerdo que quería que siempre estén alegres, motivadxs, interesados y como artista que soy uf me inventaba unas cosas increíbles, de tal forma que lxs alumnxs me amaban, participaban, eres colaboradorxs, etc en fin la maravilla. Hasta que evalué, y no de forma tradicional, en el momento en el que veía como los chicos que estudiaron un año de masculinidades noviolentas seguían siendo machistas, o cuando veía embarazos no deseados en mis alumnas de derechos sexuales y reproductivos, me di cuenta que la educación no era significativa, y aprendí a escuchar… por eso creo que soy educadora popular y si bien las artes hacen que los métodos sean creativos y diversificados, no hay grupo igual, ni alumnxs iguales. Por tal motivo el repensarnos a nosotras como personas que se adaptan que se transforman cada cuando y se necesite diversidad pero sobre todo tener la certeza de que aprenden, no será importante el que solo se diviertan porque siento que si bien no debe ser una tortura hay cosas que al desarrollarlas y sentir que somos mejores cada en ello no preparan para enfrentarnos cada vez a más grandes retos.