La implicación de las TIC en la educación: Alcances, Limitaciones y Prospectiva

 El alcance de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en la educación es significativo y abarca diversos aspectos, desde la infraestructura tecnológica hasta la transformación de los procesos educativos para adaptarse a las demandas de la sociedad digital actual.

La introducción de las TIC ha generado discusiones en la sociedad moderna, por un lado, han modificado, alterado e incluso transformado la educación en las últimas décadas. Se resalta la importancia de establecer indicadores internacionales comparables para evaluar la integración y acceso a estas herramientas en la educación. Las tecnologías utilizadas se basan cada vez más en la nube, lo que ha llevado a una descentralización tecnológica. Por otro lado, las limitaciones identificadas muestran que el equipamiento tecnológico no garantiza cambios sustanciales en la formación y educación de las nuevas generaciones, sino que se menciona que la introducción de las TIC en la educación ha sido impulsada en gran medida por presiones sociales y económicas, quienes señalan que “un sistema educativo sin tecnología estaría desconectado”.

En cuanto a las perspectivas futuras se plantean la necesidad de generar conocimiento a través de reglas de juego que involucren acciones de aprendizaje en entornos virtuales, así como la importancia de establecer criterios de referencia para seguir de cerca las iniciativas de integración de las TIC en la educación (Torres 2017).

¿Qué es lo que se puede innovar?

Se puede innovar diversas áreas en el ámbito de la educación con creatividad, una de ellas la integración de tecnología en la educación, la elección de temáticas creativas, la creación de entornos propicios para la creatividad y la generación de un ambiente emocionalmente favorable para el desarrollo de ideas únicas y auténticas.

Los docentes pueden unir propuestas del uso de diversas tecnologías en sus planificaciones, brindando las ayudas y orientaciones necesarias para la lectura crítica de los contenidos que circulan en diferentes entornos. Por otro lado, las temáticas creativas que se discutan los potenciales impactos de las propuestas realizadas y se incluyan más ideas innovadoras para lograr avances en el campo de la creatividad y la educación. Asimismo, los entornos creativos de enseñanza y aprendizaje, donde se plantean ideas para construir entornos creativos de enseñanza y aprendizaje en contextos formales y no formales, con el objetivo de fomentar la creatividad en el proceso educativo (Elisondo 2018).

Finalmente, crear contextos emocionalmente seguros y confiables, ya que es posible generar estupendas ideas en contextos emocionalmente seguros y confiables, lo que resalta la importancia del ambiente en el proceso creativo.

En mi quehacer diario, he experimentado que la empatía hacia los estudiantes genera contextos seguros y confiables, esto permite que puedan expresarse libremente y sentirse motivados hacia el proceso de aprendizaje.

¿Qué se consigue con la innovación?

Con la innovación se consigue oportunidades y avances significativos, pero también desafíos importantes en términos de identidad, ritmo de vida, naturaleza del conocimiento, y participación ciudadana. Es crucial que la formación continuada no se limite a aspectos técnicos, sino que también fomente una ciudadanía crítica y comprometida, capaz de influir en el futuro político y social.

La formación continuada debe ir más allá de aspectos técnicos, fomentando una ciudadanía crítica y comprometida. En la sociedad de la modernidad líquida, la identidad se construye a través del consumo, afectando la visión del aprendizaje como un producto de uso rápido y desecho. Esto conduce a una educación superficial, donde la rapidez y la adaptabilidad prevalecen sobre la profundidad y el pensamiento crítico.

La aceleración de la vida moderna presiona a los estudiantes a aprender rápidamente y adaptarse constantemente, resultando en un conocimiento superficial. La transición del conocimiento “para toda la vida” al “de usar y tirar” se refleja en currículos que priorizan habilidades técnicas de corta vida útil, limitando la capacidad de los estudiantes para desarrollar una comprensión profunda y crítica.

Además, la sobreabundancia de información fragmenta el conocimiento, dificultando discernir la información fiable. Las habilidades de alfabetización informacional son cruciales para navegar este entorno. A pesar de la educación utilitaria, Bauman (2008) aboga por una formación que forme ciudadanos capaces de participar activamente en la sociedad.

En definitiva, la educación debe equilibrar la innovación técnica con el fomento del pensamiento crítico y el compromiso cívico, preparando a los estudiantes no solo para el mercado laboral, sino también para ser ciudadanos informados y activos.

¿Dé dónde parte la innovación?

La innovación parte de la necesidad de adaptar la educación a las demandas de una sociedad en constante evolución, donde las TIC juegan un papel esencial. La innovación surge de la reflexión sobre las prácticas educativas existentes y la identificación de áreas de mejora para potenciar el aprendizaje de los estudiantes. Además, la innovación se nutre de la exploración de nuevas metodologías, recursos tecnológicos y enfoques pedagógicos que puedan enriquecer la experiencia educativa y promover un aprendizaje más significativo y relevante. En este sentido, la innovación curricular se convierte en un proceso dinámico y continuo que busca transformar la educación para preparar a los estudiantes para los desafíos del siglo XXI (Islas 2007).