La innovación en la Educación

En un mundo permanentemente cambiante, donde el avance tecnológico y las nuevas formas de conocimiento emergen a un ritmo acelerado, es indispensable promover en los estudiantes el pensamiento crítico y reflexivo. Es así que mi proyecto se centra en el desarrollo de esta habilidad en los estudiantes, enfocado en el desarrollo integral de los estudiantes que les permita impulsar sus propias ideas, propuestas, asì como la resolución de problemas.

La constante transformación tecnológica y su impacto en la forma en la que nos comunicamos, relacionamos y aprendemos, obligan a la Educación a innovarse. Sin embargo, debemos estar conscientes que la innovación educación es un desafío no solo abarca el aspecto académico, sino también el social y político.

Hablar de innovación en el proceso de enseñanza-aprendizaje, implica procesos dinámicos, participativos y flexibles, muchas veces tropiezan con estructuras pedagógicas tradicionales y rígidas, por lo que se hace necesario políticas, estrategias y acciones, que se refleje en los contenidos curriculares y que garanticen la innovación educativa en todos los niveles académicos, bajo principios de inclusión y excelencia educativa.

La innovacion en la actualidad

En la actualidad la educación de todos los niveles enfrenta un conjunto complejo y diverso de desafíos, que requieren una reflexión profunda y la implementación de soluciones innovadoras. Aquellos desafíos incluyen la adaptación a las nuevas tecnologías, la personalización del aprendizaje, la equidad en el acceso a la educación y la preparación para un futuro incierto. Por ello, la educación tradicional, con su enfoque homogéneo, ya no es adecuada en una sociedad diversa y cambiante. La educación debe ser algo más que una simple preparación para el ámbito laboral. Esto debería preparar a las personas para convertirse en personas globales, capaces de hacer contribuciones positivas a los diferentes contextos en los que se desarrollen e interactúen, tomando en cuenta a la innovación en la educación que se refiere no sólo a la tecnología, sino también a nuevos métodos pedagógicos, estructuras organizativas y enfoques curriculares. Además, el aprendizaje basado en proyectos, la educación emocional, trabajo colaborativo y los modelos de enseñanza que son ejemplos de cómo la innovación puede transformar a la educación.

¿De dónde parte la innovación?

Según mi punto de vista la innovación surge de la intersección entre creatividad, necesidad y oportunidad. Inicia con la observación de problemas o necesidades insatisfechas, combinada con la curiosidad y el deseo de mejorar o transformar la realidad existente. La colaboración interdisciplinaria y la diversidad de perspectivas enriquecen el proceso, aportando soluciones novedosas. Además, un entorno que fomente la experimentación, el aprendizaje continuo y la tolerancia al error es crucial. La tecnología y el acceso a información juegan un papel importante, pero la chispa inicial proviene de la capacidad humana para imaginar y reimaginar posibilidades, adaptándose a los cambios y desafíos del entorno.

Innovación en Educación

En la modernidad líquida, un concepto emitido por Zygmunt Bauman, percibo que la educación enfrenta retos significativos. La naturaleza cambiante de la sociedad actual nos exige un enfoque educativo adaptable y flexible. Los modelos tradicionales en la educación, basados en la estabilidad y la transmisión de conocimientos estáticos, resultan insuficientes para preparar a los estudiantes para un futuro incierto. Entonces, considero que la innovación en educación se vuelve crucial y significativo. Es necesario fomentar habilidades como el pensamiento crítico, la creatividad y la capacidad de aprender a aprender. Además, integrar la tecnología en la educación debe ir más allá del uso de herramientas digitales, implicando una transformación profunda en las metodologías de enseñanza y aprendizaje. Creo firmemente que los docentes debemos asumir el rol de facilitadores, guiando a los estudiantes en la exploración de un mundo en constante cambio promoviendo una educación que valore la adaptabilidad, la colaboración y la fortaleza de cada individuo.

Me autoevalué…

Al iniciar este nuevo proyecto mis reflexiones y análisis, así como cuestionamientos invadieron mi mente por vez primera en el pequeño conversatorio con mis estudiantes considerando el tema del aburrimiento en mi asignatura, en mi defensa mencionaré muy honestamente que pocas ocasiones he reflexionado sobre mi práctica docente con mis estudiantes pues consideraba y considero que doy lo mejor de mi para ellos, el encontrarme con varias respuestas que no me las esperaba me sorprendí y me llené de curiosidad, me llevó a cuestionarme sobre mi labor día a día con mis niños, además de considerar que es imprescindible no acostumbrarse a ninguna práctica, estrategia o método que parezca genial y que aunque logre hacerlo bien se vuelve repetitivo en mis estudiantes, pero sobre todo me han llevado a realizarme una nueva autoevaluación como docente, pues me gusta mi asignatura pero sobre todo el tiempo de calidad que considero comparto con los niños día a día en las aulas de clase.

¿De dónde parte la innovación?

En primer lugar y tomando algunas de las ideas de Bauman sobre esta modernidad líquida que se describe como una época en constante cambio y adaptación. En donde las estructuras sociales e instituciones implican relaciones directas e indirectas, la educación se convierte también en un aspecto fundamental que apoya estas relaciones, por lo que manejarla como si fuese la misma de hace 10 años es impensable, pues como el menciona que la educación ha tenido desafíos anteriormente, pero “el cambio actual no es como los cambios del pasado (…) nunca antes estuvimos en una situación semejante. Aun debemos aprender el arte de vivir en un mundo sobresaturado de información” (Bauman, 2007, pp. 46)

Entonces me parece que la innovación educativa parte de la adaptación, de la flexibilización y del pensamiento crítico hacia esta sociedad inmersa en la modernidad líquida, por lo que se requiere de estrategias y competencias pedagógicas que vayan de la mano con el constante cambio, esto para lograr que nuestros estudiantes estén preparados para prosperar en este mundo, en ese sentido no negar la existencia de ciertos recursos como la Inteligencia Artificial, u otras herramientas que de alguna u otra forma ellos van a usar, sino más bien responsabilizarlos del uso e informarlos de las ventajas y desventajas que tienen para ellos, es decir en trabajar con lo que tenemos de este mundo de la modernidad líquida.

¿De dónde parte la innovación?

En la modernidad líquida, como describe Zygmunt Bauman, la innovación en la educación parte de la necesidad de adaptarse rápidamente a un entorno en constante cambio. Los educadores y las instituciones deben ser flexibles y creativos, utilizando nuevas tecnologías y enfoques pedagógicos para mantener la relevancia y el interés de los estudiantes. Además, el aprendizaje continuo y la colaboración son esenciales, ya que el proceso educativo no se detiene con la educación formal, sino que se extiende a lo largo de la vida.

La diversidad y la personalización son también fundamentales en este contexto, donde la educación debe ser adaptable a las necesidades individuales de los estudiantes. La innovación debe preparar a los estudiantes para enfrentar la incertidumbre con resiliencia, enseñando habilidades críticas como el pensamiento crítico y la resolución de problemas.

¿De dónde parte la innovación?

En lo personal el estar en frente a cosas nuevas implica un reto de innovar, porque implica hacer cosas que nunca he hecho antes. Por ello, al iniciar esta maestría he ido aprendiendo que “innovación” no se remite únicamente a vincular la tecnología a nuestras práctica (sin embargo, en el mundo actual son recursos indispensables); sino que implica romper con lo preestablecido.

Por lo tanto, la innovación surge al superar los esquemas de educación tradicionales y adaptarnos a enfoques más flexibles, actuales y que respondan a las necesidades de nuestros contextos. Pienso que en la actualidad, la innovación debe partir desde la consolidación del pensamiento crítico y las habilidades de resolución de problemas. No obstante, la integración de nuevas metodologías y estrategias de aprendizaje que respondan a las nuevas generaciones, paradigmas y realidades es indispensable. Finalmente, considero que si estamos dispuestos a innovar es para responder a las nuevas demandas del mundo cambiante con el objetivo de mejorar la calidad educativa y de vida de las nuevas generaciones.

¿Dé dónde parte la innovación?

La innovación parte de la necesidad de adaptar la educación a las demandas de una sociedad en constante evolución, donde las TIC juegan un papel esencial. La innovación surge de la reflexión sobre las prácticas educativas existentes y la identificación de áreas de mejora para potenciar el aprendizaje de los estudiantes. Además, la innovación se nutre de la exploración de nuevas metodologías, recursos tecnológicos y enfoques pedagógicos que puedan enriquecer la experiencia educativa y promover un aprendizaje más significativo y relevante. En este sentido, la innovación curricular se convierte en un proceso dinámico y continuo que busca transformar la educación para preparar a los estudiantes para los desafíos del siglo XXI (Islas 2007).

¿De dónde parte la innovación?

Al iniciar el proyecto decidí buscar la respuesta a esta pregunta. En base a la primera lectura comprendí que la innovación surge de la voluntad de no seguir los caminos preestablecidos y de estar abiertos a nuevas ideas y enfoques, innovamos cuando cuestionamos las ideas establecidas y dejamos de lado el conocimiento tradicional. Como menciona Bauman (2018) la efectividad y la productividad hoy en día implican “la negativa a aceptar el conocimiento establecido” por lo tanto hay que sospechar de la experiencia acumulada, a no dar por sentado que lo que se ha aprendido en el pasado es necesariamente la mejor o la única forma de hacer las cosas.

Además, la innovación también conlleva adaptar nuestro entorno a un mundo en constante cambio. Bauman menciona que la organización perfecta no puede existir, ya que depende del ambiente en el que opera. Esto resalta la importancia de estar atentos a las circunstancias cambiantes y de ajustar nuestras estrategias en consecuencia para seguir siendo relevantes y efectivos.

Referencias:

Bauman, Zygmunt. 2008. Los retos de la educación en la modernidad líquida. Editado por Gedisa. Primera. Barcelona.